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ENSEÑAR HISTORIA Y ARTE EN EL AULA

ESTUDIAR Y COMPRENDER LA HISTORIA

ESTUDIAR Y COMPRENDER LA HISTORIA

 

Cuando un niño se encuentra en una clase de Historia y después se tiene que estudiar el tema que le han explicado, se encuentra la mayoría de las veces ante una situación que no sabe cómo resolver. Puede estar en la fase de que no entiende lo que se le está explicando, y/o desconoce los referentes anteriores que podían favorecer la comprensión del tema, y/o no interesarle lo que se le está explicando, y/o no tener más interés que el de aprobar el examen; y/o sufrir un "empacho" de información que le agobia y le abruma; y/o apoyarse en tomar algunas ideas y después estudiarlo de memoria, aunque no lo entienda; y/o (...).

¿Qué hacer? ¿Qué puede hacer el alumno? ¿Qué puede hacer el profesor?

La mayoría de las veces, cada uno va a lo suyo. Desde un contexto positivo, el docente a hacerse entender poniendo todo su esfuerzo, la mayoría de las veces. El alumno bien dispuesto, a coger todas las ideas que pueda para estudiarlo como mejor sepa y entienda. Son dos mundos de complicado encuentro. Dos mundos en los que el alumno es el perjudicado de forma inmediata y en el que el docente responsable, se siente embargado de un pesar al que puede llegar a acostumbrarse. El encuentro, por su propia inercia, pocas veces se produce.

Los docentes de Ciencias y Matemáticas consideran que la naturaleza de sus asignaturas no permite este desencuentro (dicho y extendido en otros términos) porque, como ejemplo más cercano, si no sabes sumar, no puedes multiplicar. Los contenidos están tan eslabonados entre sí que los engarces vienen dados, aunque haya que sumarles las variables de la poca disposición, actitud, aptitud, tanto de escolares como de docentes. No es el caso en la Historia. En esta materia se puede estudiar una sucesión de hechos que identifique las diferentes etapas históricas y aunque las síntesis de hechos puedan ser más o menos relevantes, el alumno puede estudiarlos de memoria, sin más, y ubicarlos en un espacio y en un tiempo.

 

Desde esa perspectiva, está claro que el estudio se puede dar sin secuencias ni interrrelaciones. Lo mismo puede estudiar la Revolución Francesa que las Cruzadas, que el Paleolítico, ... Es igual. Se repiten esos hechos, incluso su espacio y su tiempo y los alumnos salen airosos de los exámenes y de su rol en la clase de Historia. No precisa estudiar lo anterior para relacionarlo con lo que subsigue. No pude llegar nunca a entender (por la inercia de esta modalidad de estudio) qué tiene que ver la Historia con nuestro presente.

¿Qué hacer?

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